Demuestras que no te atreves
a mirarte en el espejo
que esculpe en el agua a veces
la misma luz que embellece
la imagen de tu reflejo.
¿Será que no te apetece
mirar el correr del tiempo
que se revela en tus sienes
con tintes de plata ardiente
y que siempre viste lejos?
Todo en la vida envejece,
hermosura, cuerpo y alma,
y si tu desvelo crece
por pensar que desfallecen,
creas monstruos de la nada.
Mírate en lo que acontece
de tu mano -vida mía-,
mírate y no desesperes
porque tu arte no fallece
con el paso de los días.
Si la inquietud te enloquece
por esta empresa perdida,
no permitas que te lleve
al mundo que te oscurece
lo que eres y lo que brillas.
Desde que naces y creces
y va pasando la vida
tu existencia compromete
aceptar lo que no quieres
y serás mayor un día.
Frente al tiempo, nada puedes,
así lo quieras o no,
y será mejor que aceptes
que por días te encaneces
y no te espera el reloj.
Admite lo que posees
y vive tu juventud
pensando, tenlo presente,
que el futuro ofrece a veces
rica y linda senectud.