ATREVIDO POETA...
Sólo tu mano puede entrar por el desnudo de mi espalda,
bajar hasta el dorso, y desabrochar mis “te quiero”
y abrocharlos con los tuyos, ... con tu dulce mirada
desvísteme las dudas y quítame el hambre
de la pasión exacerbada, que quiero dejar en ti.
Arrebátame y hazme tuya antes de que entre el alba,
Quiero sentir el fuego en las noches que estoy a tu lado.
Acaricia los botones de mi rosa floreada,
me asaltas entrando por la ventana como ladrón, mi poeta!
Vamos a jugar juegos prohibidos, arrebátame,
y muerde mis labios color grana, llévalos a tu boca.
...Ámame, sedúceme, desnúdame con todas tus ganas,
deja en mí la huella de tus garras de lobo feroz,
arráncame la ropa, poséeme con descaro, no te prohíbas nada.
Hagamos cosas nuevas vísteme de reina y lléname de besos,
Sacúdeme con tus brazos fuertes yo no me defenderé!!
Quedaremos abrazados amándonos más que antes,
Seremos uno sola carne, uniendo el alma para toda la vida.
Piensa en mí cuando tengas ganas que yo te llenaré de caricias,
Ámame ahora, ámame entera, ámame completa,
lléname de ti mi atrevido poeta, sofócame en tus brazos bríos.
Enciéndeme con tus desvaríos y tengamos juegos eróticos.
Juntemos piel con piel y las ganas asfixiándonos de amor,
provócame con tu poesía, susúrrame al oído, aquello que te gusta hacer,
No te prives de nada, soy toda tuya, desviste mis pudores,
Atrévete mi poeta, igual que lo hiciste la noche que te conocí,
recuerdo que desvestiste el cuerpo, alma y espíritu ¡Mi poeta!
¡¡Desde esa noche quiero que sigas atreviéndote a desvestirme toda!!
No te limites, mi poeta, soy toda tuya y tú eres todo mío.
Eres fácil de amar y difícil de olvidar...
tus huellas siguen intactas en todo mi cuerpo.
desabrochaste mis miedos y el pudor, ahora arrebátame,
para seguir siendo tuya y tú sigas siendo mío,
ahora y mañana y por los siglos de los siglos amén.
sólo tu puedes meter tu mano por mi dorso... y
Alicia Pérez Hernández...México
No es la pluma la que escribe, es el alma
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Amar es este tímido silencio
cerca de ti, sin que lo sepas,
y recordar tu voz cuando te marchas
y sentir el calor de tu saludo.
Amar es aguardarte
como si fueras parte del ocaso,
ni antes ni después, para que estemos solos
entre los juegos y los cuentos
sobre la tierra seca.
Amar es percibir, cuando te ausentas,
tu perfume en el aire que respiro,
y contemplar la estrella en que te alejas
cuando cierro la puerta de la noche.