Memorándum
Señores mercenarios de la tierra:
¿por qué no ven al pobre y dais sustento?
¿Por qué no se levantan del asiento
a dar cantos de paz sobre la guerra?
¿Por qué siempre se incurren en sotierra?
¿Por qué no dais remedio a todo hambriento?
¿Por qué perdéis el tiempo en armamento
llevando por los cuellos cada aderra?
¿Por qué no tocas flautas y trompeta?
¡Oh, Padre que gobiernas en los cielos,
y acabas con el mal de este planeta!
Ven Señor, y muéstranos tus celos.
En nombre de la Paz te doy mi meta:
mi vida está dispuesta a tus anhelos.
Samuel Dixon