Darío Méndez

Anoche soñé contigo...

 

 

…Y estabas hermosa, radiante, luminosa.

Tu melena de ámbar danzaba con el aire,

Y tu aroma de canela y clavo me embriagaba.

Tu sonrisa dibujada en el espacio

Formaba constelaciones inmensas, brillantes, eternas…

 

Vestías de blanco como una santa,

Pero tus caderas eran de una diosa.

Hablabas de teología y poesía,

Y yo me perdía.

Tras el sonido de tu voz encantada.

Busqué retener tu mirada,

Ansiosamente, desesperadamente.

Llamar tu atención en la lejanía,

Y te desvanecías…

 

Llevabas contigo tu melancolía, silenciosa, profunda.

Por un instante sentí que eras mía.

Y te vi cargando a un niño en tus brazos.

Me lo enseñaste a lo lejos, y era mi cara.

Fruto de un amor de ensueño.

Que no se acaba,

Ni cuando cierro los ojos,

Ni cuando estás frente a mí.