Freddy Kalvo

No te vayas, no te alejes...

Amor mío no te vayas, amor mío, no te alejes,

porque llena de tristeza ya la vida nunca es vida;

que las noches son sombrías si te alejas de mis brazos

y me dejas destrozada siempre toda el alma mía.

 

Que se apagan las estrellas, los luceros y la luna

y los astros más hermosos con sus muchas maravillas;

y los pájaros no cantan y enmudecen en las ramas

de los árboles frondosos donde su dolor anida.

 

Que las nubes se acumulan y cubriendo van el cielo

y esas nubes van llorando y abundante es la llovizna,

que se cuela entre las ramas de los árboles frondosos

y erosiona hasta las rocas con sus gotas cristalinas.

 

Y los ríos con su canto declarando van al paso,

que las hojas más resecas van quedándose a la orilla;

porque mueren cuando caen con el viento si este sopla

y revuelca con sus golpes y en el suelo las mutila.

 

Amor mío no te vayas, amor mío, no te alejes,

que me muero si no tengo ya el calor de tus caricias;

que no hay nada en este mundo que apacigüe mi tristeza,

si el amor que yo te he dado sin reservas… ¡tú lo olvidas!