Cuando escribo me apaño como puedo,
contando lo que quiero yo contar
y si alguno le llega a molestar,
es normal, cada cual tiene su credo.
Lo que es el declamar, no me da miedo.
Lo contrario, me encanta recitar.
Me dicen que mi voz es de flipar.
Con todo a quien recito muy bien quedo.
En tiempos que prodigan las heridas
y ves el horizonte con horror,
el humor puede ser un salvavidas,
te puede disuadir de lo peor.
Si pudiera gozar de varias vidas,
una de ellas sería trovador.