Detalle
A mi mente ha llegado la palabra perfecta
como un soplo divino. Tiene alas de acero.
Es un ser milenario con sonrisa que humecta
las paredes del alma. Yo por eso la quiero...
Cuando toca los plexos del jovial pensamiento
aparecen flotando las ideas fornidas;
es un ángel de noche, todo lo hace al momento
y con besos endulza portentosas guaridas.
Con sonrisa de luna señorea las sienes,
pues su cuerpo deleita como pájaro en flor.
Mientras unge las voces me pregunta ¿qué tienes?
Porque todas las cosas casi mueren de amor.
¡Oh, palabra que vives!, ¡oh, palabra que flotas!
Ya las flores marchitas son faltal frenesí....
se va lejos el sueño como aquellas gaviotas
y resulta que todo, todo empieza por ti.
Samuel Dixon