Hoy he vuelto a oír en la alborada
el lindo canto de los pájaros en flor,
que acompañan la voz de la amada
que canta con su lírica entonada
llenando de alegría mi triste corazón.
Sus notas parecen de una enamorada
que pide en silencio un gran amor,
para mantenerse del mundo alejada
y dejar de sentir en su alma destrozada
las injustias que cometen sin razón.
Ella sabe que no hay que ser apasionada
porque lo hermoso de la vida es la ilusión,
y nunca cambiar una risa por una carcajada
porque es enajenar lo que nace de la nada
y queda lo más triste como es la desilusión.
Y un día a solas le dije que era como la rosa
fulgurante, hermosa y radiante como el sol,
y al oír su canto con su voz temblorosa
le cantaba al paisaje con el ritmo de una diosa
que más entristecía a mi enfermo corazón.
Y así han pasado los días, los meses y los años
y en mi mente para siempre estará su canción,
que con muchos esfuerzos subió esos peldaños
con la ayuda de grandes amigos y de extraños,
forjandose en la vida lo que fue siempre su pasión.
rambal.