Puñal, dardo y espinas
Embriágueme el silencio con que vivo,
botellas de esperanzas y dilemas.
Y brinden por los versos y poemas
las damas que me cuasan el motivo.
Resuenen doce copas de incentivo,
y el cáliz se derrame en los esquemas;
aquellos, cuyos planes tienen lemas:
«por ti ningún bohemio es sensitivo».
El hombre que se embriaga de contento
es como el buen pintor que no declina.
Pues tiene de constancia el firmamento
en donde siempre encuentra medicina.
La luz de la agonía es el tormento
¡qué triste es ser borracho sin cantina!
Samuel Dixon