Soltar...
Han sido años de lucha, de pelea constante contra ángeles y demonios,
tiempos de calma y tempestad,
momentos de alegrías y tristezas,
de múltiples experiencias y vivencias que enseñan, algunas duras de asimilar otras más bonitas para recordar.
Es un nuevo año de oportunidades,
de nuevos instantes para vivir y sentir,
sin entender porque es tan difícil soltar lo pasado, lo que no te quiere retener, lo que quiere que te vayas y no vuelvas más.
Es complicado entender hasta que punto va la lealtad y el cruce delgado de faltar a la dignidad, de desarrollarse como persona sin orgullos sino apreciando cada segundo y anhelando que se mantenga cada vez más.
Pero ¡¡¡Basta ya!!! Es hora de soltar, marcharse y no regresar por más capitulos escritos en la historia, por más que hayan sido maravillosos, por más alegrías extendidas, esas finalmente ya están vencidas, el fuego extinguido, la luz apagada de lo que una vez fue importante ante los ojos y doloroso al corazón.
Es tiempo de situaciones nuevas, sueños en soledad, dejando de lado lo que ya fue y no interesa volver a tener, es bien sabido que la vida sigue, en galaxias diferentes, solo es tomar el tiquete de las naves, soltar y decir adiós para no volver a sufrir.