Descansa en la mañana
y aplaca bien tus nervios
no busques utopías
debajo de los cielos.
Aquellas se marcharon,
llegaron y se fueron,
huyendo de veranos
y fríos del invierno.
El fruto de los años
mezclándose con sueños,
eternas primaveras
que ya quedaron lejos.
Hoy marchas con tu barca
por mares que están lejos
de aquella edad tan linda
con plata en sus linderos.
Tus manos, ya cansadas,
empuñan a los remos,
y cortan, lentamente,
las aguas con su velo.
Te sientes muy cansado,
no en vano pasa el tiempo,
las flores se marchitan
y lloran por el suelo.
Y tú te quedas solo,
anclado con tus miedos,
las brujas y las sombras
que rondan tu cerebro.
¡Despierta, buen amigo!
no insistas en tus sueños,
hoy lloran los poetas
por culpa de sus versos.
En ellos comulgaron
los ojos que eran bellos,
que absortos los miraban
y luego se perdieron.
Por eso ve la vida
y vívela de nuevo,
buscando la caricia
del labio de los vientos.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/01/24