Doce molinos coronan el Cerro Calderico
elevándose al cielo como gigantes quietos,
dormidos en el tiempo,
se dejan acompañar de un castillo fortaleza del (siglo X)
desde donde se divisa La Mancha.
En los campos de Castilla,
la suave brisa se abraza a la piel,
los ojos se quedan maravillados
al contemplar desde lo lejos
la piedra circular pintada de blanco
en su tejado sostiene las aspas
que peinan la melena de los vientos manchegos.
CONSUEGRA 27/01/2024