Cuando ella sonríe el tiempo se convierte
en la ondulada línea de sus labios
mis dedos rozan un recuerdo
incrustado en una esquina de su boca.
Cuando ella sonríe el tiempo detiene
la sonata del claro de luna
e intenta escucharla reir
entre los árboles, bajo la luz nocturna.
Cuando ella sonríe el tiempo diverge
se bifurca en universos paralelos
infinitas realidades, posibilidades
y en todas es igual mi fortuna.
Así que, por favor…
Al menos…
Sonríe…