Apaga la luz y háblame a oscuras,
despojando tu voz de las figuras
de un mundo donde prima la imagen
por encima del contenido,
donde escuchas la novena de Beethoven
para ser interrumpido por un anuncio
de implantes capilares,
donde la seguridad social cubre
la operación de reducción de estomago
para corregir los complejos
pero si no tienes el suficiente dinero
para sacarte una muela torturadora,
más te vale coger martillo y cincel
y reunir la sangre fría que te sea posible.
Solamente tu voz donde quede cegado
un mundo en el que las hormigas
se pasan el día trabajando
para deber el sueldo antes de cobrarlo,
en el que la grandeza de una persona
se mide por la cantidad de \"me gusta\"
que tenga en sus redes sociales,
en el que los políticos de turno
subastan los países al peor postor,
en el que desapareció el romanticismo
y David es aplastado por Goliat
ante la impunidad de las criptomonedas.
Desactivado el engañoso sentido
de la vista, háblame de lo que quieras:
de tus sueños, de tus miedos
o de tus inquietudes. Deja que tu voz
inunde la oscuridad y tus palabras
brinquen en medio de la negrura,
y si no tienes nada de que hablar,
cántame la canción que habla
del jilguero que guiaba con su canto
a las almas perdidas a través
de la oscuridad.