Casta de gigantes
El viento raudo dobla los follajes
prueba de los arbustos, sus ramajes.
El árbol con paciencia se sostiene
aunque la brusquedad lo desordene.
Con su cepa profunda se mantiene,
hasta que lo tranquilo, lo serene.
Luego vienen momentos fulgurantes
que dejan experiencias relevantes.
Los instantes de negros cortinajes
comprueban el aplomo que se tiene,
que debe guardar casta de gigantes.