En eso de esperar...
En eso de esperar ser elegido
en medio de un millón de pretendientes,
no vale si lo piensas o lo sientes
ni ser por uno mismo precavido.
La suerte es una tómbola sin nido,
que apuestan los dichosos y valientes;
no importa si le cumples o le mientes,
los dardos siempre vienen de Cupido.
Por eso el esperar que alguien te quiera
se vuelve una novela en este caso,
ganando la batalla un tal cualquiera.
Y en medio de la duda y el ocaso
sucede que la luna prisionera
se crece de silencio y de fracaso.
Samuel Dixon