Señor, Yo que nunca he sido devoto a tu persona,
Pero ahora en éste álgido momento, a ti recurro;
Cobarde, así como cuando estaba yo solo en la cuna,
Me postro ante tu cruz a pedir como último recurso.
Que me des el don del habla para crear otro lenguaje,
Otro, que nadie haya usado jamás nunca, su abecedario,
¿Porque Señor te pido tanto? Por una mujer, es mi coraje:
ya le han dicho que la aman de toda forma y corolario.
Y a ellos los ha amado, y yo también lo he intentado…
Pero no atiende mis amorosos verbos, ni mi lenguaje,
Tú que todo lo puedes, no pierdes nada Sr. al inventarlo;
Dame Sr. Otra forma de hablarle, y quizá así, un día …
ella me ame.