Escapando del acoso de la desilusión
me la pasé agobiado todo el día,
decidí enfrentar al dilema de un adiós
y los desvelos
de un deseo proscrito que yacía
muy dentro de mi corazón emancipado.
Afuera el tiempo es presuroso,
un rayo en plena tormenta
parte en dos a la noche mientras la lluvia
que se yergue tras la ventana de la casa
humedece mis anhelos, y vos,
a muchos kilómetros de distancia
en la terraza de una casa incomprendida
sentada sobre un sillón, tal vez,
señalaras con tu índice al horizonte
deseando tocar mi mano
que se desliza sobre la hoja de papel
en esta noche fría, tan fría que asemeja
el ultimo invierno cuando la ternura
se vistió con su ropón y sus pantuflas
caminando hacia mis brazos,
jurándole amor eterno a la esperanza.
Fue tu deseo, el destino, no lo sé, lo que sé
es que la nostalgia no se compra
ni se vende, solo se siente
y no quiero parar de escribir sin preguntar
sí al paso del tiempo te acordarás de mí,
como mi pluma de ti.
La noche acaricia los sentidos y aún
en mi tasa del café se dibuja la silueta,
de tus labios.
Autor…reh