Despacio la desnude.
muy despacio le quite sus prejuicios,
también quite el sonrojo
ella temblorosa con mucho miedo,
solo quedo desnuda,
ENFUNDADA en su vestido de seda
bordados en las mangas,
bellísimos encajes en el cuello,
toda el alma de seda.
De temores con el alma inundada,
necesitaba salir del encierro,
de tan candente, tan cruel calabozo,
alguien que le enseñara como amar,
dejo atrás los prejuicios,
así conmigo solo supo amar.
ella decidió quitarse la seda,
empezó a disfrutar,
despojándose de su bella tela.
Dr. Salvador Santoyo Sánchez
29 de Enero de 2024.