Dolorosa es la vergüenza
mucho más que un golpe fuerte
y ella gesta una gran pena
que pervive hasta la muerte.
La vergüenza es puñalada
que se clava en la conciencia
como un golpe a rajatabla
que golpea la indecencia.
Ella siempre es miserable
por su filo que es hiriente
y el producto resultante
es un fango mal oliente.
La vergüenza es asesina
como el sable que se clava
en el centro de la vida
y destroza toda el alma.
Quien presuma de tozudo
a la pena que provoca
llevará por siempre el yugo
que en el cuello se coloca.
¿Y quién podrá ser inmune,
al dolor de la vergüenza?
No es preciso que pregunte
debe ser un sinvergüenza.