La pacha mama llora
sus sollozos se oyen
en todos los rincones de la tierra.
Gritos de desesperación rompen
la bóveda celeste provocando
una gran conmoción.
Mis hijos queridos,
cada parto fue una agonía,
cada hijo que nació
una bendición.
Miren las huellas esculpidas
en mi vientre,
treinta y tres son,
las liso cada día
con aceites perfumadas,
Grito a todos los vientos
¡devuélvanme mis hijos!
setenta días en la oscuridad,
lejos de sus seres queridos.
Amo del Mundo, Tu que tienes piedad
escucha mi grito
devuélveme mis hijos
que los amamante,
mis pechos están llenos de savia
espesa, rica, nutritiva.
En el reino celeste una gran conmoción
se escucha,
hay que tomar una decisión,
actuar sin esperar.
El Padre manda legiones de ángeles
a ayudar a sus hijos queridos.
Unos bajan al fondo de la mina
a sostener y dar aliento,
otros se reparten entre las familias
algunos están con el equipo de rescate
ayudando en todo.
La pacha mama grita
gritos de alegría,
las contracciones empezaron
el parto está en camino.
Todos los elementos se unen para ayudarla
a empujar.
Aleluya! el primer retoño sale a la luz
y sigue expulsando uno por uno
un milagro, una bendición,
demos gracias al Señor
con panderetes y trompetas
con bailes en piruetas
hoy volvieron a renacer
treinta y tres hijos de Dios,
todos hermanos atados
al mismo cordón.
Gritos de júbilo resuenan
en el mundo entero.
Hosanna!!Hosanna!!!
Merche DemBar
17.10.10