De dolor a dolor me llega
al corazón la punzada perfecta,
que como daga entierra mis sueños,
y tu huida de mi lado se volvió imperfecta.
De dolor a dolor me llega
la ausencia de tu desencanto
por más que quisiera yo negarte
sólo pienso en lo dulce de tu encanto.
De dolor a dolor me llega
la indiferencia de tus ojos claros
hubiera querido no haber nacido
para no ver la luz de tus ojos claros
colgados de otros más negros
que no son los míos.
De dolor a dolor me llega
tu partida sin saber si vuelves,
tu partida la he tallado en la cronología
de tu abandono y así vivo, en la triste agonía.