A que palo he de agarrarme
si me arrastra la corriente,
si el cansancio ya me puede
para que querer salvarme,
si ya nadie, me detiene.
Si las fuerzas que he gastado
en luchar por lo que quiero,
ahora, ya no las tengo
para que seguir sufriendo,
y para que, tanto empeño.
Para que seguir luchando
si la corriente me lleva,
si me ahogo en tierra seca
para que seguir nadando,
y aguantando tantas penas.
Si las flores ya marchitas
adornan mis aposentos,
ni con el agua bendita
vuelven a tener vida
y solo son flores secas,
tantas rosas, margaritas
cambiaron a flores negras.
Y si el aire que me roza
pasa ligero de largo,
no se para a respirarlo,
es el aire que me ahoga
solo es aire envenenado.
Que el veneno de mi sangre
mancha por dentro mi cuerpo,
mis cabellos y mi carne
son señal de sufrimiento,
y en ellos, quedan señales.
Que la corriente me lleva
sin preguntarme que quiero,
porque la vida que llevo
solo es vida pasajera,
y me ahogo sin remedio.
Y que estando ya perdido
alcé mis manos al cielo,
y a un tronco, casi podrido
aferré todo el consuelo,
de estar muerto o estar vivo.
La corriente me arrastro
y quiso arrastrar mi vida,
pero el tronco me salvo
dejándome en una orilla,
el aire, me acarició
las flores eran distintas
el veneno se marchó,
ya mi sangre estaba limpia
y mi vida... comenzó...
la corriente fue mi amiga.