El árbol ya no soporta
el global calentamiento,
lanza las penas al viento
por su vida que se acorta,
parece que a nadie importa
y lo han dejado a la suerte,
por más que de tronco es fuerte
solo espera a ser talado
o cuando menos quemado,
se ha resignado a la muerte.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 31 de enero del 2024
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