Lucy Quaglia
Indolencia vecina
Indolencia obsena, triste, vértigo
de sentirme contenta de verte tan cerca
mientras los días largos nos dan de pronto
posibilidades de sentarnos en el patio
rodeados de flores, plantas, pájaros
que acurrucan sus pichones
en lo alto del árbol.
Indolencia graciosa que me quema la cara,
ansiedad de mil aguas que derriten mi cuerpo,
mientras mi alma llora de gozos modernos,
y mi alma de madre respira un momento.
Indolencia de tiempo que no pasa ni pesa,
quedamos sentados mirando el silencio
y mi cerebro grita que volvamos al tiempo
cuando veía ramas que se mesaban lejos.
Indolencia vecina, amiga, compañera,
que traspira en mi cuerpo, mi alma,
conciencia de sentir los amigos
lejanos y cerca desde el alba tranquila
que precede al domingo.