Estancias.
Brasas chisporrotean injuriando proclives,
a través de resplandores de oscuridad.
Roma arde ante un espejo,
sus cenizas en verano, simulan copos de nieve,
corazones negros dejan de latir,
y las campanas resuenan cruelmente,
ya que han dejado de ser oídas por los necios fatigados.
¿Es oportuno dejar de oír, por qué no escuchamos lo que anhelamos?.
Estancias suelen estar en senderos, con millares de jornadas,
sin importar el lenguaje del silencio grite destrucción,
para aquellos que usan sarcasmos,
permanecen en silencio al final cuando fallecen.
Una rara amabilidad desde los inframundos.
Jugando en riqueza con la demencia,
las cabezas se mueven hacia adelante y atrás.
Entrando en ojos ajenos clandestinamente,
se ve un manchado guante blanco caer,
pisoteado por la muchedumbre de panteras,
que aún no encuentran dirección a sus vidas,
con sus miradas entierran las mandíbulas,
sobre cerdos que no ven hacia un cielo,
acostumbrados a su maldita inmundicia de ser,
solo quedan huesos destrozados y abandonados.
Unos labios circunspectos han parido liderazgo,
de tanto lograr complacencia se pierden,
se han degenerado,
entre luces ahuecadas de latón,
admiten su majadería y mediocridad,
de la postura sofista que rige su malcriado proceder.
Solo quedan los días lúgubres fatigados,
donde el sol no da calor, menos ilumina,
sembrando precariedad e incertidumbre,
las ruedas giran inalterables, marchitándose.
Mientras bailo con partículas estáticas de agua,
todo toca a la memoria desde lo profundo,
con preguntas marcadas en la frente,
obsequiando dolor y culpa, sacuden sin piedad,
en aquellos rancios cuartos que huelen a olvido.
¿Hice lo mejor?
¿Se usaron todas las opciones?.
Las figuras grises se vuelven de piedra,
vierten pesadamente lágrimas de granito,
en su lago de arena fangosa.
Un soplo las enarbola con movimientos de una doncella gentil.
Tanta insurrección con espejismos,
disfruta un crepúsculo,
un pecado rápido pero seguro,
y las fantasías de las víctimas en sus trincheras,
¿ Dónde suelen ir a parar ?
Losas con muchos nombres,
son esculpidas en praderas verdes,
quebrando algunas copas sarracenas,
elevándose los cristales en espirales por el céfiro,
acarician el rostro humedeciéndolo
hasta el tránsito de las estancias,
en los callejones hace un frio,
donde pasan a la espera de un cambio, los sueños,
¿Es correcto fingir o mentir para ser feliz?,
Sombras caen antes de desaparecer,
una juerga para el carnaval de caníbales,
no es un destierro, no es un edén, nunca lo es,
más por ahora, descansare aquí.
xElthan