A el sosiego lo perturba
retahílas de recuerdos,
en el olvido voluntario
los había sepultado,
en el cariz se vuelca
el latir de la conciencia
y con los actos de omisión
se aferra a las excusas,
a fuer de los errores
el cuestionamiento,
con los lloros; letanías
de arrepentimientos,
al emitir su propio juicio
con el mea culpa a cuesta
escucha en el soliloquio
la verdad manifiesta.