migreriana

En una desiderata

Te suplico que hables claro

porque el deseo se hace vida

y yo dueña de esa dulce espera.

Vamos al puerto a enhebrar la desconexiòn.

 

No fue fàcil, creème,

Vestirse de soltera costò,

los presupuestos del alma

trabajan en surtidores ajenos.

 

¿Cuànto cuesta la esperanza?

¿Y la motivaciòn? Relojes de insomnio

se detienen en las huellas.

 

Seis meses depuran las madrugadas,

el justo avance para entrecruzar palabras,

porque lo sabes, sin miedos hasta el alma canta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿