Un sol de verano un día de mañana
sigue un esplendor de coplas
y tiene pintas con aleros en las olas.
Nunca me atrapó como cuando te conocí corazón
jamás se me apareció café como trigo;
su llave me besó su cuarto jocundo.
Este sol no lo había visto así de señorial
o es que a mí me amanece fugaz
o es que me vino a flor de piel;
me tiene encadenado los ojos
aluza la glorieta y la anima de arte.
¡Cuán sereno! conseguido del efluvio temprano
¡Cuán coqueto! con la ricura de otro aroma.
Veo el cielo que no es impuro ni turbio
lo afianzo como maná meloso
en mi alborozo prudente.
En absoluto, la quise a esta mañana
como poeta esmeralda.
Christian Jovani
(Derechos reservados del autor).