Han cerrado la puerta.
Como si esta noche hubiera muerto,
como si la luz y el aire
no pudieran alcanzarme en este desierto
en que me acuesto.
Como si la fe y el silencio se reunieran
en las manos
y las flores olieran a algas muertas
cerradas al sol.
Estoy aquí.
A la altura de los pájaros sobre un árbol
desnudo,
y quiero verte en ese punto del destino
sin dolor alguno.
¡Ay, Dios!
Hoy quisiera verte y entender porque
ya no puedo verla
sin enloquecer.
Han cerrado la puerta, porque ya nadie
me ha venido a ver.