José Valverde Yuste

La vejez

La noche va llegando por la negra vaguada

una guadaña afilada me está esperando

en el confín de las mañana sedienta;

un pájaro que no trina, está cansado.

 

Yo era espuma y volaba por las mares,

ahora guijarro solo y seco, lejos de la orilla;

un amanecer cantando el gallo,

un ocaso sin sol ni luna.

 

Me quieres, pero yo a ti no

¿por qué vienes a buscarme?

eres niebla en la oscuridad,

yo quiero un bálsamo en mis costillas.

 

Vete, Vete, no quiero que duermas conmigo,

no quiero una colmena en mi almohada,

que me zumbe y me despierte de madrugada;

quiere oír los gorriones en la alborada.

 

¿Por qué no te vas?

vete con el viento, por la cañada,

yo me iré a selvas paradisíacas

donde el papagayo, con su belleza,

me acompañe a soñar despierto.

 

No quiero otoños de pergamino

ni inviernos de hojalata

quiero vivir mi tiempo

volando en un caballo.

 

Luché y luché pero al final venciste

llegaste con tu melena de cola larga

en una tarde fría y me robaste el alma.