La noche va llegando por la negra vaguada
una guadaña afilada me está esperando
en el confín de las mañana sedienta;
un pájaro que no trina, está cansado.
Yo era espuma y volaba por las mares,
ahora guijarro solo y seco, lejos de la orilla;
un amanecer cantando el gallo,
un ocaso sin sol ni luna.
Me quieres, pero yo a ti no
¿por qué vienes a buscarme?
eres niebla en la oscuridad,
yo quiero un bálsamo en mis costillas.
Vete, Vete, no quiero que duermas conmigo,
no quiero una colmena en mi almohada,
que me zumbe y me despierte de madrugada;
quiere oír los gorriones en la alborada.
¿Por qué no te vas?
vete con el viento, por la cañada,
yo me iré a selvas paradisíacas
donde el papagayo, con su belleza,
me acompañe a soñar despierto.
No quiero otoños de pergamino
ni inviernos de hojalata
quiero vivir mi tiempo
volando en un caballo.
Luché y luché pero al final venciste
llegaste con tu melena de cola larga
en una tarde fría y me robaste el alma.