Nunca pensé que las mariposas en el estomago
ardieran tanto,
siempre pensé que eran almas dulces
queriendo salir inocentes a pintar grafitis
de mil corazones sobre muros encantados.
Pero no son tímidas ilusiones que brotan y aletean,
sino que son fantasmas en pena intentando salir.
Nunca me imagine
que las mariposas en el estomago
fueran insectos encabronados en desorden
que buscan cuerpos endebles donde seguir habitando
Nunca imagine,
que las mariposas en el estomago
no sobreviven cuando hay exceso de lágrimas,
te queman la garganta como si tomaras aguardiente,
que no son inmortales y terminan con un aroma insípido.
y la humedad que los cubre pudre sus alas hasta el sopor,
y terminan disecadas por el ego, la angustia y el desamor.
Triste Trovador