Es un cuestionamiento interesante, respecto al cual, si bien tengo una forma de pensar, quiero hacer una revisión en “voz alta” y compartirla.
Adoptar definiciones me ha hecho sentir más segura hasta ahora. Me refiero a las calificaciones personales, que a veces me piden y doy cuando alguien pregunta cómo “soy” respecto a.... (¿?) <<¿a quién necesito contestarle?>>
Hay conceptos que sí son y no van a cambiar.
Por ejemplo: hoy puedo decir que creo en Dios, que soy un ser humano, que soy Argentina, quiénes son mis padres y mi hermana, que soy mamá y tengo tres hijos, que trabajé mucho desde jovencita y estoy jubilada, que soy Coach Ontológico y estudié en la escuela Siendo el Cambio <<¿¡causalidad!?>>... y alguna otra cosa que se pueda enumerar.
Sabiendo que todo lo demás en la vida está sujeto a modificaciones, se puede decir que hoy “estoy siendo” y sólo el día que se termine este proceso, se podrá afirmar que “soy” <>
Y gracias a Dios, a la psicología y al coaching, a medida que transcurre la vida, se acrecienta mi convicción de que la mayor de las certezas es la incertidumbre, y que la necesidad de definirse responde en buena parte a la inseguridad personal.
Aprender es algo dinámico, que abre un sinfín de posibilidades y aporta sabiduría y madurez <>
Cuando elijo y decido estar en el camino del aprendizaje, observo gratamente que siempre se puede un poco más. Es una elección personal; mas es inútil e incorrecta si la guardo sólo para mí, ya que se estanca y se muere. El verdadero aprendizaje es el que me crea la necesidad de compartir. Adquiero la generosidad de brindarlo y la humildad de recibirlo. Es un enriquecimiento mutuo que crece, se renueva y se multiplica.
Como se dice hoy “es un ganar ganar”.
La incertidumbre es lo que me mantiene alerta y me entusiasma, es la que acrecienta mi sed de aprendizaje, como resultado de una incesante búsqueda que me permita crecer en humanidad y en espíritu. Me estimula a dejar de dar las cosas por sentado y sentir la conformidad de lo conseguido; a continuar caminando y buscando la compañía de aquellos que me ayudan a seguir, sin imposiciones.
Y aquí algo importante es el respeto por las creencias de cada uno y sus caminos para encontrar el bien común. Que estar en diferentes senderos sea enriquecernos, aunque no todos elijamos el mismo, o la misma manera de transitarlo.
Ser es ya no estar sujeto a modificaciones.
En adelante, cuando me pregunten cómo soy, creo que pensaré, lejos de buscar definiciones y calificativos, que soy la suma de los aprendizajes compartidos con todos aquellos que pasaron y pasan por mi vida, en la búsqueda constante de un horizonte más elevado.
¿Es idealista?, quizá. ¿Es posible?, claro.
Mi deseo es que todos estemos siendo lo mejor de nosotros mismos para que podamos llegar a “ser” aquello a lo que aspiramos, y alcanzar por añadidura al “Ser” que buscamos.
Miriam Venezia
23/01/2024