Las miradas de tus ojos,
audaces y placenteras,
penetran con sus caricias
llenas de pasión fogosa
mis miradas zalameras.
Como lámparas potentes,
que iluminan nuestras caras,
tus miradas y mis miradas
viven como llamaradas
de una pasión primorosa.
Y no hay cosa más hermosa,
si hablamos de los antojos,
que el deseo permanente
de que me mires de frente
para mirarme en tus ojos.
Amelia Suárez Oquendo
31-02-2024