¿Cómo rehuyo
de lo que me duele?
¿Cómo me rehuso
a sentir?
¿Cómo olvidó
lo que sin querer aprendí?
¿Dónde encuentro
que me consuele?
¿Porqué si es que gané
siento que perdí?
¿Porqué es más fácil
sentirse desgraciado,
que feliz?
Lo dulce se siente amargo,
prefiero oscuridad que luz.
Odio el ruido,
amo los trinos.
Me gusta lo negro
y lo blanco.
Lo alto aunque
más lo bajo.
Lo duro pero
más lo blando.
Más que ajustado,
holgado.
Más seco que mojado.
De colores el azul
y el morado.
Odio ver a mi corazón sufrir
por estar enamorado.
Porque mi corazón late
en descontrol si te acercas.
Pero sangra demás
cuando te alejas.
Y entonces vuelvo a desear
no sentir nada por nadie
y encargarme de olvidar.
Poner en mi puerta
una fuerte cerradura
y la llave tirar.
Donde nadie más la encuentre,
donde nadie buscará.
Donde ni yo sepa
donde fue la llave a caer.
Donde sepultada quedé
para no llorar después.