Golpe de mar

OniscĂ­deo

 

Días de manos flojas 

sin apenas un cartílago

abanderan a mi espíritu cansado.

 

Algodón de azúcar que mengua

a casi nada dentro de tu boca.

 

Buscando en las colinas una peña

que me aplaste desde arriba,

que me ahorre la vergüenza del puente y del camión.

 

Momentos con sabor a pan quemado y naftalina.

 

No puedo predicar en absoluto con mi ejemplo.

 

No puedo predecir el cierzo de este frío,

ni deducir de qué estación saldrá el cohete.

 

Las caricias, papel de lija que me envuelve

los turgentes corazones de mi constelación en suberina

y los besos como pizcos de ron apagapenas.

 

Nada que merezca voluntad

en este tiempo 

 

El suelo quema y hay que andarlo

y yo fallo en retractarme de vivir

 

con la facilidad de un

 

                                          asustado

 

                 -   bicho bola   -