En celdas sombrías y heladas,
donde las almas se pierden,
conviven vidas desgastadas,
y la redención parece un cuento.
Ante la descomposición de la existencia,
el destino de los presos se debate,
entre la decadencia y la resistencia,
se agita un anhelo por algo que espere.
No permitas que la fruta se corrompa,
ni que el espíritu se consuma en la aflicción,
con conocimiento y trabajo se disponga,
un renacimiento, una nueva dirección.
En el fondo de cada ser confinado,
la posibilidad de cambio florecerá,
educación, oficio y sentido otorgado,
transformando su ser en un camino de paz.
Separar al novato del desesperado en prisión,
es clave para la reforma y la reinserción,
oportunidades distintas según la situación,
creando un camino más claro hacia la redención.