Grabada en mis manos y tatuada en mi corazón,
tu esencia fluye como río de estrellas,
en la eterna noche, mi firme devoción,
tu nombre en mi ser, dulce melodía que destella.
En cada línea de mi palma, tu amor incondicional,
como raíces de un viejo roble, fuertes y profundas,
nuestras almas entrelazadas, un lazo celestial,
dos espíritus danzando, sin barreras ni dudas.
Cuido de ti con la ternura de un amanecer,
con la suave caricia de la brisa en la flor,
tu fragilidad y fuerza, mi razón de ser,
en el jardín de mi vida, tú eres el más bello color.
El candor de tu sonrisa ilumina mi existir,
cual faro que guía mi barco a puerto seguro,
la calidez de tu abrazo me enseña
a construir un refugio de amor, puro y maduro.
El compromiso de cuidarnos en cada paso,
en cada caída y vuelo, en cada sueño y despertar,
mi confianza es tuya, sin un espacio raso,
en este baile de la vida, solo contigo quiero girar.
Apego no de cadenas, sino de libertad compartida,
dos almas que eligen el mismo camino andar,
atención plena en cada suspiro, cada herida,
juntos en la tormenta, juntos al sol abrazar.
Adoración por ti, mujer de luz y de luna,
reina de mis días, musa de mi inspiración,
cada verso te escribo, bajo el sol o la duna,
dulce amada mía, eres mi eterna canción.
Y si el tiempo borra las líneas de mis manos,
y si el destino decide que debemos partir,
en mi corazón, amor, estarás por años,
grabada y tatuada, donde siempre puedes vivir.
EmilioDr.