Tejemos la realidad bajo la luna,
mientras la alegría del corazón es tan inapaciguable
que sus carcajadas hacen retumbar el escudo del alma.
Nuestros sentidos se funden en uno solo
y los cuerpos se deslíen entre sí
las gentes se alteran al observarnos este todo
y el deseo muestra desnudo su esencia indispuesta a morir.
¡Que nadie corrompa este escenario sempiterno!
Dispuesto a existir inexistente, y ausentarse presente.
Es igual de puro a tu alma dibujandose viva en mi pecho;
tan puro como el amor amando mi amor, amándote clemente