Hoy fui a saludarte
y unas flores te regalé,
te di un beso muy grande
y muchas lágrimas derramé.
Traté de imaginar
supongo cual es el regalo,
ése que tanto deseas,
ése que estás esperando.
Seguro con ansias lo esperas…
Yo no lo puedo conseguir.
Las lágrimas todavía se quedan,
la risa no quiere venir.
Ni rubíes ni diamantes
ni oro ni esmeraldas,
sólo tu abrazo de oso
por mi sonrisa del alma.
Sé que llegará ese día…
Y como siempre con flores iré.
Me verás con una SONRISA
es el REGALO que te dejaré.
¡Feliz día en la Tierra!
¡Feliz día en el Cielo!
¡Feliz día MAMITA
ya sabes cuánto TE QUIERO!
Aunque el REGALO...
aún te lo debo.