Como la Luna al rayar el alba
espera encontrarse con su amado,
para acompañarlo en su despertar
en las primeras horas de la mañana.
Así me esperas vos amor mío,
hasta que en el espacio del amor
el destino cruce nuestros caminos,
eclipsando nuestros cuerpos desnudamente divinos.
Mas se apróxima la tarde,
y a cambiado el que espera,
pues el ocaso a sonrojado
a aquel que a su amada espera.
La ha iluminado durante el día,
para que radiante por la noche, la podamos ver;
y entre sabanas rojas también,
nuestro cuerpos se deleiten en placer.
Vuelve a ver una espera,
un día contigo, como un Sol radiante,
y una hermosa Noche de Luna contigo placentera,
radiantemente excitante.