Agachado aferrado a esa roca llamada dinero, viendo hacia tierra negra y viscosa, llena de oro y joyas que impiden ver hacia arriba y ver los tesoros invaluables del amor y la sabiduría de Dios ocultos en Jesucristo. Tan solo debes dejar ese dinero sucio ganado en diezmos e indultos beatificados por hombres que no sabrian reconocer la santidad frente a sus ojos, y aún así se atreven a santificar manipulando la palabra de Dios Santo para decir que ese dinero es santo y apartado a Dios, cuando su palabra no permite ni quiere ese dinero mal habido. Se inventaran mil mentiras para decir lo contrario, para decir que Dios quiere que pagues diezmos y primicias, blasfeman contra Dios usando como su argumento a Melquisedec, cuando lo que pidió de ti es tu vida, arrepentimiento y tu fe.
Si voltearas tu mirada hacia arriba verías en el cielo, ofrecidos por la mano de la fe en Dios los tesoros y la sabiduría de Dios escondidos en Jesucristo, y te aferrarias a esa mano que te elevaría por sobre esa inmundicia en la que estas parado, conociendo a Dios como regalo eterno. Pero algo nunca tendrán los que te ofrecen el sendero del dinero y los diezmos, primicias y otros cobros que ya no son mas, ellos comercian el ministerio de Cristo, venden a Cristo, pero algo no pueden venderte fingiendo que lo tienen: LA SABIDURÍA CREADA POR EL CREADOR HALLADA EN JESUCRISTO.
Esa sabiduría solo se adquiere cuando temes a Dios de verdad, la tienes o no y es evidente, cosa que los que aman el dinero nunca tendrán ni harán, porque ellos temen perder el dinero que logran, jamás temen a Dios, jamás dejaran los diezmos, jamás tendrán el tesoro invaluable de la SABIDURÍA DE ARRIBA. Jamás dejarán de comerciar con sus shows de milagros y los que los siguen caerán junto con ellos.
¿Quiéres esa sabiduría? entonces suelta esa roca y levántate, mira hacia arriba y toma la mano de tu creador en Cristo con el arrepentimiento de una vida vana, ten fe y nace de nuevo por tu fe en Cristo. Nace de nuevo de parte del creador de la sabiduría que ahora el mismo te regalará, una que ninguno de esos vasallos del oro terrenal pueden ofrecerte, porque está escondida solo para ti, y para mi, y para nosotros lejos de sus billetes.