El tiempo se asume pródigo para estimular coincidencias,
emociones rejuvenecidas deambulan en este cuerpo circulado.
Mi voz es un eco desgastado que se aplana en la vehemencia del aire.
Cultivando parcelas tardías de mi alma, merodea tu ser desvinculado.
Tengo la sensación de que, embebido de historia,
visitaré tus contornos, aplazando los finales que acechan indulgentes.
Te amaré sin reparos en tu libertad inconmovible.
Solo en las fantasmales siluetas temeré el desencuentro.