jvnavarro

A MI AMOROSA LUNA

 La luna con estas cosas,
ahora despierta,
ahora dormida,
ahora llena,
ahora vacía,
ahora nueva,
ahora menguante,
ahora creciente
y ahora
 rebosante de alegría,
es algo así parecido
al legendario Faro de Alejandría.
 
Es nuestra amiga la luna,
 un gran ojo que nos mira,
una cara partida
que nos ofrece lo mejor de sus vistas.
 
Si fue conquistada 
por la misión estadounidense 
Apolo 11,
me produce envidia
que Armstrong y Aldrin
  clavaran su bandera
y  botas,
sobre su superficie inmaculada,
tan respetada y querida,
con la que yo cuando sueño
 tengo todavía pesadillas.
 
Todo es así de sencillo
ya se mire 
desde abajo o desde arriba,
la verdad es que si tuviera
 una gran escalera
que pudiera alcanzar algunos
de sus cráteres ocultos,
lo primero que haría sería,
quitarles el polvo
y rociar sus conos con brillantina
para que reluzca
sobre ellos la luz,
si puede ser toda la vida.