Precipitadamente,
caes desde las sombras, la luz,
el ruido o el silencio,
caes precipitadamente,
como una canción viva.
Y yo, tintero inquieto,
te tallo en el sacrificio del árbol,
que ve feliz su muerte
mientras te derrame en él.
Precipitadamente,
arribas de pronto titulando todo
y en la burbuja de tu nombre
el mundo y yo cabemos en tu puño.
LRL
5-2-2024