Humberto Gómez Sequeira
Ángeles Caídos
Ángeles, desgraciados por el encanto de su luz,
caen, sin piedad paternal, sobre la Tierra
intoxicados por el olor del sexo humano.
Yo he lamido las heridas en sus alas rotas
en el amanecer de los exiliados del Edén
que se alimentan con polvo de estrella
sin vergüenza del brillo de su desnudez.