En los jardines del recuerdo, florece tan bella,
con la mirada serena, como quien mira una estrella.
Sus pasos en la vida, sutiles, danzan con gracia,
¡No ver sonreír a Andrea seria toda una desgracia!
En su risa, un eco de alegría sin medida,
es simpática, tierna, perfecta, ¡Es mi preferida!
Andrea, la luz que ilumina en la oscuridad,
una hermosa princesa dueña de la verdad.
En los versos del destino se escribe la historia,
las tardes en el parque viven en mi memoria.
Se extraña su bondad, como un río que fluye,
Andrea, brisa suave y fresca que al alma incluye.
¡No sé qué sea de ella, quizás lo sabrá el viento!
Solo sé que vive en la poesía de mi pensamiento.
En el imborrable lienzo de la vida se pinta su esencia,
Andrea, melodía eterna, en la danza de la existencia.
En el poema de la vida, recuerdo su nombre y escribo.
y si escribo dulzura y adulaciones, tal vez no soy objetivo.
¡Y no es para menos! Aún vive en un rincón de mi corazón,
Andrea es arte y poesía. ¡Es la melodía de mi canción!