El árbol “jamás” espero nada
No –aspiro- a ser sequoia
Ni formar ¡parte! de una mesa
O “lugar” en un frondoso bosque
Ahí, en la majestad de su soledad
¡Nunca! expreso deseo alguno
No llamo la atención
Ni decir siquiera
En el silencio de su majestad
El árbol, siempre tuvo un rumbo
-El de los cielos-
Desinteresado de si
Y poseyendo un si
Ajeno a su voluntad
¡El árbol!
Es dulce y bella ontología
Ser “luz” como sombra.