Me Quedo Aquí XX
Como un hilo de vida,
es la vida que llevo, yo,
es como pender la vida,
en una cuerda floja,
y, saber que sin caer al vacío,
me eleva como un ave volando lejos,
me quedo aquí,
pues, es mi destino,
es mi cruel camino,
y, mi insistente deseo,
en ver al cielo caer,
desmoronando su temple,
y, no es por tentar a Dios,
sino, por el recelo de la vida,
que atormenta, bifurca y mata,
el alma como al corazón,
dejando inerte a la razón,
y, es más el frío que el calor,
cuando no hay ni existe abrigos ni frisas,
ni mano que te guíe por el camino correcto,
no hay tempestad ni tormento,
sino, un desierto frío que ahoga,
como ahorca la soga al cuello,
dejando inerte al corazón,
dejando inmóvil a la razón,
y, combatir es de guerreros,
pero, la paz es de gente sabia,
porque los guerreros guerrean,
y, las gentes hacen paz,
no se puede vivir en constante intranquilidad,
si el destino y el camino se unen,
para destruir a todo un cielo,
lleno de negro derredor,
cuando en el embargo,
crece el frío y no el calor,
dejando estéril al amor,
sintiendo que me quedo aquí,
es como perecer en el mar,
como náufrago sin llegar a puerto seguro,
sin destino que me guíe,
sin continuidad que me sustente,
ni desatino inherente,
que petrifique la exasperación de mis deseos,
como por ejemplo: amar con paz,
destronando la insistente coraza del corazón,
cuando elijo ser todo un dios del olimpo,
como Zeus, Hera,
y, Prometeo: encadenao y amarrao a una roca,
por sacrificar a animales,
me quedo aquí,
como imperio inerte, inmóvil,
descendente e incandescente,
me quedo aquí,
como escofieta,
como esperpento,
como zaperoco,
y, sin ser estrepitosamente cafre,
me quedo aquí,
cuando el dialecto, la jerga y el argot,
son del ayer,
omitiendo letras a palabras,
me quedo aquí,
como el planeta azul: Neptuno,
como el planeta rojo: Marte,
como el planeta amarillo: Venus,
me quedo aquí,
sucumbiendo y zambullendo,
mi cara hacia la única dirección,
de Venus a la Tierra,
dirigiendo mi alma, mi cuerpo, mi mente,
y, mi corazón hacia la misma Tierra,
donde nací algún día,
si es que me quedo aquí,
como intraterrestre deliberando terrorismo de estado,
y, todo porque el terror da miedo,
me quedo aquí,
pisando la misma Tierra,
que nací un día en ella,
y, así, la quiero como algún día sé,
que se partirá en tres pedazos,
me quedo aquí porque sé,
que, aunque, nací,
fui llevada lejos de mi propia Tierra,
y, esperando regresar,
toda una vida no basta,
para poder realizar la eminente vindicta,
desde otro lado del mundo,
cuando sea mi tiempo,
me quedo aquí,
y, todo porque el rumbo no es fijo,
como el ir y venir desde otro planeta,
si me quedo aquí,
es como destrozar el cielo,
y la Tierra en un santiamén,
porque si muero es que estaré en otro planeta…
Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez
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