En el vaivén de la vida, entre letras y versos,
entre largas distancias y mensajes tan diversos.
Como un abrazo en el silencio o un susurro al oído,
te conviertes en un refugio seguro en este mundo perdido.
En el café de las confidencias, en las charlas de madrugada,
tras la pantalla o la llamada, pareces despreocupada.
Es un libro abierto, donde se ponen en pausa los sueños,
donde se comparten los secretos y se rompen los silencios.
Como un poema inconcluso o una melodía en el aire,
es el eco de las risas, es el consuelo que compartes.
La tormenta ya no es oscura, el cielo es más sereno,
llevo meses improvisando y durmiendo en patio ajeno.
Es un vínculo sagrado, una llama que arde en el pecho,
la sonrisa sigue igual, ni la distancia la ha deshecho.
En el universo de las almas o en la danza del destino,
solo no quiero que amanezca y verte lejos del camino.